Esta columna la quise hacer más larga que las otras del blog, pues la circunstancia lo amerita. Julio es el mes del orgasmo en el mundo de los juguetes sexuales. Es por eso que se me ocurrió hacer un compilatorio de maneras posibles de alcanzarlo.
Me pasó que por mucho tiempo pensé que yo no había descubierto cómo llegar al orgasmo a través de la penetración porque me faltaba conocimiento, práctica o quizás incluso madurez. Pero, el paso de los años siendo Japi Jane, escuchar las experiencias de mis propios clientes y educarme en temas de sexualidad, ayudó a cambiar por completo mi perspectiva.
Para celebrar este mes y para que más personas sepan que no hay UNA SOLA FORMA correcta de llegar al orgasmo, le pedí a algunos de Japi Chicos de mi equipo, que compartieran cómo exactamente llegan al climax. Aquí, tenemos en detalle las respuestas de todos ellos, incluyendo la mía.
Jane: En este momento de mi vida tengo más orgasmos durante los encuentros sexuales con mi pareja que conmigo sola, ya que he estado medio floja para la masturbación últimamente. Por lo general, llego al orgasmo durante la penetración, pero SOLO si hemos dedicado suficiente rato a toqueteos y besos previos. Si vamos directo al coito, simplemente no logro el orgasmo, pero igual es rico y divertido un "rapidito" a veces, incluso sin orgasmo.
Básicamente hay una sola posición donde logro mi orgasmo junto a mi pareja: yo arriba con nuestros cuerpos enteros tocándose - o sea, "el misionero", pero al revés. Con eso, logro un roce directo y constante de mi clítoris en su cuerpo. para orgasmos "enchulados" agregamos algún anillo vibrador (nos gusta el Tammy de Svakom , Endless Love de Satisfyer y Nos de Fun Factory). Rara vez en los 7 años que llevo con mi pareja he logrado un orgasmo en otra posición. Lo que me encanta y me sirve mucho, -pero se demora más y lo realizamos con menos frecuencia por distintas razones- es un orgasmo al recibir sexo oral, (especialmente agregando un par de gotas de ON for her). Y aunque mis otros juguetes no han tenido mucho uso recientemente, les cuento que si quiero un orgasmo rico y rápido masturbándome, voy directo a mi querida Miss Bi de Fun Factory. La estimulación dual es lo mío.
Marina: Pienso en mi piel siendo protagonista. Comienzo a reconocerme lentamente y entro en un espiral de sensaciones chispeantes que abren un universo infinito: Mi universo. Me concentro en mi cuerpo y recorro mis zonas erógenas que me invitan a disfrutar sin límites y me siento libre. Para aprender a llegar al orgasmo, atravesé un camino de autoconocimiento y exploración maravilloso, que siempre se va transformando. Ya sea en pareja o conmigo misma la conexión con mis sentidos es primordial.
Menina: Me gusta llegar al orgasmo a través de la estimulación visual. Disfruto de la pornografia heterosexual, como tengo sexo homosexual, me resulta estimulante ver la manera en que el sexo se disfruta entre géneros diferentes. Si estoy sola, llego al orgasmo a través de la masturbación con un juguete. Tengo mi air pleasure favorito: Womanizer Premium. La concentración en el clítoris es fundamental cuando estoy en pareja. El sexo oral es un camino fácil para tener un orgasmo. La estimulación con los dedos también lo es, eso sí, con el aporte de un buen lubricante. La respiración, suele ser una práctica que me ayuda a concentrarme en mi genitalidad y en el momento cuando estoy en pareja. Otro camino en pareja es la lencería sexy, las velas o un masaje con aceites, pues la conexión con los sentidos, me ayuda a sentir deseo (sobre todo en un día de mucho estrés). Esa "parafernalia", nos obliga a conectarnos y a los pocos minutos quedo viendo las estrellitas"
Edgardo: Mi camino más frecuente para llegar al orgasmo es netamente físico. A veces traer imágenes a mi mente es un recurso bueno, sin embargo, siempre logro orgasmos cuando recurro a ciertas formas que aprendí en mis años de estudio de danza. Tuve la oportunidad de estudiar la técnica académica, conocida por todes también como Ballet: El trabajo físico y del movimiento de esta técnica se centra en el pubis, lugar donde nuestras caderas se conectan con las piernas, y toda su musculatura y articulaciones conectan también con lo más interno. Cuando estoy solo o acompañado, busco conectar con esta musculatura interna, ya sea posicionando mis pies y piernas de cierta forma (como patas de pato), poniendo bien vertical mi torso, conectándome con el espacio, o con la persona con la que estoy. Mi cuerpo siempre reacciona en conjunto, es como si desde el pubis viajara toda una avalancha de sensaciones que me llevan a un orgasmo seguro, sin importar la posición o el rol que esté llevando. Esta conexión se llama en “dehors'', -en francés sería algo así como "llevar hacia afuera"-. Ese es mi camino seguro al orgasmo.
Marita: Si quiero un orgasmo, es el clítoris mi objetivo. No siempre recurro a lo mismo para poder alcanzarlo. A veces quiero que sea eficiente y llegar lo más rápido posible, en esos casos un juguete en una velocidad constante y potente, o uno de esos succionadores air pleasure que hacen la pega en pocos minutos.
Otras veces -la gran mayoría- me gusta disfrutar el proceso e ir de menos a más, no pensando tanto en el objetivo sino en cómo llego a él. En general, es simplemente mi mano (o la de otra persona) la que hace el trabajo. Estos orgasmos suelen ser más largos e intensos.
Varias veces he pensado que podría prescindir perfectamente de la penetración. No es que no lo disfrute, pero si estamos hablando de alcanzar el orgasmo, el clítoris es mi camino.
Polilla: Siempre he tenido encuentros sexo afectivos donde la penetración ha sido el principal protagonista y pensaba que el placer provenía de aquel ejercicio constante de entrar y salir.
Con el tiempo, la verdad BASTANTE tiempo, me percaté de la existencia del clítoris y de una serie de terminaciones nerviosas y zonas erógenas que me hacían llegar al placer de una forma mucho más sensual, lenta, permanente y placentera. Ahí descubrí que para mí era mucho más fácil llegar al orgasmo a través de caricias en mis labios, pasar por mis pezones hasta llegar al clítoris. Masajearlo con tiempo, rodeándolo, acercándose de a poco -a veces ni siquiera tocarlo directamente-. Entender esta dinámica fue crucial para comprender que lo penetrativo no es más que una imposición y que mi camino al orgasmo es algo mucho más que el ritmo casi deportivo del “mete y saca”. Es una exploración constante por pequeños lugares que me entregan ¡grandes orgasmos!.
Betty: Cuando estoy en compañía, los besitos eternos son infaltables, saborear las pieles, descubrir las sensaciones que provocan en mi cuerpo cuando el otrx me toca es esencial para entrar en modo placer. Sentir el resoplo de los pequeños gemidos del comienzo, sentir de cerca como la respiración del otro se acelera, sentirla en mi pecho. Cuando llega el momento de la interacción genital, indicar exactamente qué es lo que quiero es la mejor opción. Que me puedan leer, que puedan ver como reacciona mi cuerpo, si se contrae, si se relaja, si se encorva o si se estira. Que obedezcan cuando digo más, cuando pido un cambio de movimiento o ritmo. Que logremos coordinar el roce de los dedos, de la boca o de nuestras pelvis, así hasta llegar al orgasmo galáctico.
Cuando estoy sola busco erotizarme con las cosas cotidianas. Después de bañarme y humectar mi cuerpo con amor, entrar en la cama sin ropa y sentir las sábanas en la piel. Me hago cariño en los pechos, la cadera y en el pubis antes de entrar en contacto con mis genitales. Toco mi vulva y siento si hay lubricación. Si no logro lubricarme naturalmente me acompaño de un buen lubricante de base agua y voy descubriendo todos sus rinconcitos y, cuando mi clítoris se siente tibio y gordito de placer voy por mi juguete favorito del momento (hoy es el Hitachi). Paso las vibraciones por todo mi cuerpo, me detengo en el clítoris y lo sostengo hasta llegar al orgasmo una y otra vez hasta cansarme.
Muñeco: Tengo diferentes formas de llegar al orgasmo dependiendo de mi estado de ánimo y de lo atrevido que me sienta, pero la mayoría de las veces comienzo por lo visual. Puedo crearme una imagen mental sobre alguna fantasía o recuerdo de alguna experiencia que me haya gustado mucho y aún siga excitándome para poder encender la llama. En ocasiones esa llama se enciende cuando tengo ganas de un orgasmo o ya viene encendida en el transcurso del día y las cosas se dan por sí solas. Para mí, lo visual es muy importante, crear imágenes mentales, ver imágenes o ser parte de situaciones en interacción con otras personas en ámbitos sexuales me causan mucho placer. Cuando se cumple el primer paso de la excitación visual, paso a la siguiente etapa, la cual es netamente de estimulación corporal. Comienzo a tocar ciertas partes de mi cuerpo que me permiten lograr una mayor excitación. El roce de los pezones con los dedos es muy placentero y también morder mis labios mientras lo hago, pero un masaje con los dedos en la zona del perineo es el punto exacto dónde estalla todo el placer. Solo o en pareja me encanta sentir la estimulación de este punto y definitivamente es una de las formas más frecuentes que tengo para llegar al orgasmo en conjunto con la masturbación.
Lo más entretenido es que últimamente he podido explorar en este punto agregando juguetes con vibración y eso lo ha hecho mucho más estimulante, me ha permitido descubrir que hay muchas formas de lograr mi orgasmo favorito.
Bianca: ¡Uy! Depende de muchos factores. Primero: ningún orgasmo es igual al otro. Siempre hay algo aunque sea pequeño, que los diferencia. Están -por ejemplo- los orgasmos de “ quiero relajarme un poco”, están también los: “wena, estoy sola, que hago? me voy a masturbar”, están los: “ctm estoy muy caliente, voy a explotar si no hago algo” y también están esos que ni busqué y llegaron a volarme la cabeza y generar un relajo máximo. Sin embargo todos me dejan feliz y “awachaita”.
Los orgasmos de “quiero relajarme'' son muy sencillos. Usualmente estoy acostada o sentada, respiro profundo, relajo desde mi cuello hasta mis piernas. Tomo mi juguete favorito y lo prendo al máximo (muchas veces ni me saco la ropa) con ayuda extra de alguna imagen erótica en mi mente llamo al orgasmo. Antes de llegar, dejo de respirar y tenso mi cuerpo al máximo y después sigo mi día.
Los: “estoy sola voy a masturbarme” se parecen bastante al anterior, sólo que me preparo más. Lo hago acostada, uso uno o dos juguetes. Te preguntarás -¿Pá que tanto?- y yo respondo: -¿why not?-. Busco fotos o porno que me guste. Una Uso una respiración mucho más profunda y de boca abierta, la respiración de fuego que le dicen (no estoy segura) pero de que me funciona, me funciona. Este orgasmo suele ser múltiple.
Los “ctm estoy muy caliente” son explosivos, mi cuerpo los busca constantemente, en el roce de muslos, asaltando a mi pareja en la cama o usando juguetes. Estos pueden ser: largos, cortos, solitarios o múltiples, pero todos son muy intensos.
Y los orgasmos que no busco suelen ser más profundos. En un encuentro sexual más calmado y tranquilo, uno de esos en los que estoy mirando a mi pareja y haciéndole cariño. Esos orgasmos a veces no tienen una relación directa con mi genitalidad, sino que son provocados por una larga fantasía que me anda rondando.
En fin, todos mis orgasmos me caen bien y me gustan, algunos más y otros menos, pero de que se pasó bien, se pasó bien.
Rubén: Cuando tengo un momento de privacidad y ganas de hacerlo, me dispongo en un lugar cómodo y usualmente busco pornografía en internet. Si tengo tiempo primero busco contenido que me resulte realmente sugerente y lo miro, no necesariamente tocándome. Cuando me siento suficientemente excitado empiezo a estimular mi pene y los testículos. Para mí el tiempo es un factor importante para poder tener orgasmos intensos. Parto con una estimulación suave, sin prisa, luego en algún momento me pongo lubricante y disfruto de la sensación intensa que ello supone, y progresivamente aumento la fuerza y la velocidad con la que me masturbo. A veces me detengo, busco otro contenido, me lubrico y luego continúo. Cuando quiero terminar, intensifico la estimulación mientras la tensión aumenta, y cuando estoy casi- casi por llegar, detengo la masturbación estirando fuertemente el prepucio hacia la base del pene, no para detener el orgasmo sino para amplificarlo, entonces el orgasmo se empieza a desatar lentamente y hace falta una especie de empujón final, para terminar de liberarlo. Figurativamente, es como poner en cámara lenta la escena justo cuando llega ese momento.
En resumen: Todas las experiencias pueden ser diferentes y emocionantes. Las formas de disfrutar el sexo son infinitas, incluso si a veces no consigues tener un orgasmo.
Ilustración: @amelia.strong